sábado, 5 de abril de 2014

Hay emociones inferiores y superiores. Aquellas inferiores nos generan campos interferentes y como humanos buscamos que esas emociones inferiores puedan convertirse en superiores. Para esto se necesita tener discernimiento y comprender que si nos quedamos viviendo estas emociones inferiores nos hacemos mucho daño.

Las  emociones o percepciones inferiores nos pueden perturbar, nos afectan en nuestra salud y a todo nuestro ser, no solo en el campo físico sino también el mental y  emocional.

Vamos a empezar a repasar las 5 emociones principales con las cuales vivimos normalmente:

La ira: es una emoción que surge en nosotros cuando nos sentimos agredidos o nos sentimos frustrados. La ira es dañina y es importante recordar que cuando yo agredo a alguien, mental, verbal o emocionalmente me hago daño a mi y al otro. Inclusive, el daño que me hago a mi mismo puede ser muy grande y generar enfermedades que se desencadenan por intolerancia a situaciones (hernias, prolapsos, cicatrización queloide entre otros).
Nuestro hígado es el órgano de choque de esta emocion, el debe filtrar esta ira así como ser el centro de detoxificación del organismo.

Pero la ira puede evolucionar a una emoción superior: La Fortaleza, aquello que nos permite desarrollarnos y perseverar en lo que nos propongamos. Por eso la ira no es mala ni buena, simplemente hace parte de nuestra humanidad, contrólala y transformala

¿Y como transformar mi ira?

Se imperturbable, compréndete. Todo lo que sucede es armónico, paulatino y pausado. 

Todo sucede por una causa y tiene una finalidad.

Y cómo hago eso? Mediante  la comprensión amorosa, manteniendo nuestro pensamiento en el amor.  Es cierto, no es fácil pero no es imposible.

Cuando la ira se trasparente vamos desarrollando una sabiduría que es como un espejo: lo mismo que yo siento lo proyecto fuera.

Intenta verlo todo armónicamente, comprendiendo lo que sucede, sin juzgar.

Buscamos el pensamiento recto, el recto entendimiento con ética, con respeto a la vida del otro.



Recuerda: El fenómeno de mi evolución siempre es positivo y ascendente. 

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